julio 18, 2024
Estres y alimentacion

Estres y alimentacion

Estres y alimentacion

Alivio del estrés – nutrición y alimentación sana

El estrés es un problema común al que todos nos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas. Las tensiones externas, como las obligaciones laborales o familiares, y las influencias internas, como lo que comemos y el funcionamiento de nuestros sistemas digestivo, inmunitario y nervioso, son factores que desencadenan el estrés en el organismo.
La buena noticia es que podemos reducir nuestros niveles de estrés haciendo algunos cambios básicos en nuestro estilo de vida. Si se siente estresado, molesto o incapaz de hacer frente a la situación, puede consultar el sitio web del NHS o hablar con su médico de cabecera.
Cuando nos enfrentamos a la tensión, estas dos respuestas, conocidas como “lucha o huida”, están diseñadas para ayudarnos a superar los obstáculos físicos que amenazan nuestra vida (por ejemplo, cómo respondería nuestro cuerpo si nos persiguieran los leones). El problema es que en la sociedad actual, muy estresada, la respuesta al estrés sigue en alerta máxima, lo que deja al cuerpo con poco tiempo para recuperarse.
Las hormonas clave de la respuesta al estrés, la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol, son generadas por las glándulas suprarrenales, situadas en la superficie superior e interna de cada riñón. Las glándulas suprarrenales pueden sobrecargarse de trabajo con el tiempo, lo que dificulta la producción de la cantidad adecuada de estas hormonas.

Conexión entre la dieta y el estrés

El Dr. Epel abordó durante el seminario web cómo el estrés provoca nuestro apetito por los alimentos reconfortantes, como las bebidas azucaradas y las golosinas como los productos horneados. Al mismo tiempo, preferimos comer menos alimentos integrales, frutas y verduras cuando estamos estresados. Como resultado, es más probable que desarrollemos resistencia a la insulina, exceso de grasa abdominal y diabetes tipo 2.
Sorprendentemente, el estrés tiende a tener su propio impacto en los resultados de salud que no está relacionado con los alimentos que comemos. El Dr. Epel citó un informe en el que se alimentó a ratas con una dieta de “comida basura” en un modelo animal. Un subgrupo de los roedores fue sometido a estrés a largo plazo (como olores de depredadores). Las ratas no ganaron grasa visceral sólo por comer comida rápida, pero cuando además estaban estresadas, la combinación de estrés y mala alimentación aumentó significativamente la grasa visceral y el riesgo de enfermedades metabólicas tempranas.
El Dr. Epel y sus colegas descubrieron que las personas tienen relaciones similares. En un estudio, las madres cuidadoras muy estresadas informaron de un aumento de la alimentación compulsiva y de la grasa abdominal a lo largo de varios años.

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Vencer el estrés con la nutrición

Los expertos en bienestar tratan a diario con sus clientes problemas de pérdida de peso y de alimentación saludable. Los nutricionistas, los preparadores físicos y los entrenadores personales, por su parte, deben mirar más allá de la bandeja de comida para comprender plenamente los factores que influyen en las circunstancias de sus clientes. Veamos qué revela una rápida búsqueda en Internet sobre la conexión entre diversos factores del estilo de vida y la pérdida de peso.
“Cada vez hay más pruebas que indican que los hábitos de sueño no deben ignorarse a la hora de recomendar un programa de pérdida de peso a un paciente con obesidad”, según un comentario publicado en el Canadian Medical Association Journal. En otro estudio presentado en una reunión de la Academia Americana de Medicina del Sueño y la Sociedad de Ciencias del Sueño, los investigadores descubrieron que no dormir lo suficiente perjudica nuestra resistencia y capacidad de decir “no” a los alimentos poco saludables. Aunque la dieta y el ejercicio son componentes esenciales de un estilo de vida saludable, también es importante recordar que el sueño está inextricablemente relacionado con nuestra forma de comer, de hacer ejercicio, de perder o no peso y de nuestro rendimiento diario, según un estudio de David G. Dávila.

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Nutrición y estrés

Cuando estás cansado, ¿tienes algún alimento reconfortante? Si es así, no es el único. Muchos de nosotros optamos por alimentos o tentempiés ricos en grasas saturadas o azúcares añadidos cuando estamos estresados. No es ningún secreto que la tensión influye en las decisiones alimentarias. Sin embargo, ¿hay alimentos o nutrientes que puedan ayudarte a reducir el estrés?
Cuando estás ansioso o deprimido, el sistema nervioso central libera hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas activan la respuesta de lucha o huida, que prepara al cuerpo para la acción. Por ejemplo, el corazón puede latir más rápido, la presión arterial puede aumentar y la frecuencia respiratoria puede incrementarse. Un estado de estrés persistente puede provocar problemas de salud a largo plazo. Muchas personas se deprimen, tienen problemas para dormir o tienen problemas estomacales, además de sentirse nerviosas.
Hay pocas investigaciones que relacionen estos nutrientes con la gestión del estrés. Las investigaciones recientes se han centrado en los nutrientes que el cerebro necesita para funcionar correctamente. Los antioxidantes y las vitaminas del grupo B son ejemplos de estos nutrientes. Se han estudiado los suplementos para ver si pueden ayudar a controlar el estrés, pero los resultados han sido contradictorios. La mejor manera de obtener estos nutrientes es a través de los alimentos que se consumen, ya que son esenciales en un patrón de alimentación equilibrado. Las frutas y las verduras, por ejemplo, contienen antioxidantes y otros nutrientes que pueden actuar conjuntamente para mejorar la salud. Los cereales integrales, las frutas, las verduras, los productos lácteos, las legumbres y las carnes son algunos de los alimentos que contienen de forma natural varias vitaminas del grupo B.

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