julio 17, 2024
Estres y sistema inmunologico

Estres y sistema inmunologico

Estres y sistema inmunologico

El sistema inmunitario bajo estrés

Muchas personas no son conscientes de que su sistema inmunitario está inextricablemente relacionado con su nivel de estrés. Hoy analizaré por qué el estrés tiene un efecto tan perjudicial en el sistema inmunitario, así como la forma de manejar el estrés y apoyar el sistema inmunitario.
El sistema inmunitario es el mecanismo de protección del cuerpo para defendernos de los microbios, gérmenes y virus que ingerimos accidentalmente. Su correcto funcionamiento es necesario para gozar de buena salud y, como tantos otros sistemas corporales, es susceptible de sufrir los efectos negativos del estrés. El sistema inmunitario, como una fuerza policial, está preparado para reaccionar rápida y eficazmente ante estos peligrosos atacantes, evitando que causen daños a nuestra salud. ¿Y si te dijera que las oficinas son lugares ideales para la transmisión de virus? Los virus del resfriado pueden sobrevivir durante horas en bolígrafos, teclados de ordenador, tazas de café y otros objetos, por lo que es fácil contraerlos en la vida cotidiana. Nos tocamos la nariz unas 5 veces por hora. Los trabajadores de oficina infectados pueden propagar los virus hasta en un 40% de la superficie de una sala. Cada día se intercambian miles de millones de billetes en todo el mundo, lo que los convierte en un medio de transmisión ideal. Los virus de la gripe pueden vivir hasta 17 días en los billetes. ¿De qué manera el estrés debilita el sistema inmunitario?

El estrés debilita el sistema inmunitario

La comunidad médica y científica lleva mucho tiempo interesada en investigar el estrés y sus efectos sobre el sistema inmunitario. En relación con el tema de investigación “Estrés e Inmunidad”, debemos reconocer la presencia de dos tipos de estrés distintos y aparentemente no relacionados: el estrés físico-químico y el estrés psicológico. Podemos ver que el organismo tiene una tenaz capacidad de adaptación a los cambios del entorno y de modificación en consecuencia en ambos tipos de estrés. Sin embargo, la interacción entre diversos factores de estrés y el misterioso sistema inmunitario ha hecho que este estudio sea aún más interesante.
Merece la pena investigar ambos tipos de estrés porque tienen un efecto sobre el bienestar mental de una persona. Los factores ambientales, como la alimentación/nutrición, los contaminantes, los trastornos metabólicos, las enfermedades y la inflamación, causan estrés físico-químico. Se sabe que si el sistema inmunitario está debilitado y es incapaz de hacer frente al estrés fisicoquímico, o si el estrés supera la capacidad de adaptación normal del sistema inmunitario, se producirá la enfermedad o la muerte. Por otro lado, todos conocemos los efectos negativos del estrés psicológico sobre el cuerpo y el sistema inmunitario. El estrés crónico y a largo plazo provoca niveles persistentemente elevados de cortisol y corticoesteroides, lo que provoca una tolerancia al cortisol y una reducción de los resultados antiinflamatorios del sistema inmunitario. Las infecciones crónicas, las enfermedades autoinmunes inflamatorias crónicas, el cáncer y otros trastornos fisiológicos son producto de estos efectos. El estrés crónico también impide que las células inmunitarias y las redes de señalización se comuniquen entre sí.

  Situacion de estres

El estrés debilita su sistema inmunológico

Los individuos que cuidan a sus parejas con demencia experimentaron una reducción sustancial en la respuesta inmunológica a una vacuna contra el virus de la gripe en un estudio, en relación con un grupo de control no estresado.
El estrés es la respuesta del cuerpo a algo que le hace perder el equilibrio. A través de un sistema neuroendocrino dinámico mediado por el hipotálamo y la hipófisis anterior, las respuestas al estrés liberan cortisol en el adrenocórtex.
El cortisol tiene una serie de efectos en el organismo, como la activación del sistema nervioso simpático, la elevación de la glucemia para obtener energía y efectos antiinflamatorios, como la inhibición de ciertos mediadores inflamatorios implicados en la inmunidad innata. El cortisol, por ejemplo, inhibe la expresión de IL-1, IFN-gamma y TNF-alfa en las células inmunitarias, al tiempo que aumenta la expresión de citoquinas que regulan la función de las células T auxiliares. Este mecanismo de estrés, según los biólogos evolutivos, está diseñado para evitar que el sistema inmunitario sea hiperactivo para promover la respuesta de lucha o huida, que se ve comprometida por la inflamación. Otros estudios indican que las enfermedades causadas por patógenos tienen más probabilidades de provocar una infección debido al debilitamiento del efecto inflamatorio.

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Los resultados del estudio proporcionan una descripción completa de cómo una tríada de hormonas del estrés afecta a las principales subpoblaciones celulares del sistema inmunitario. También plantean la posibilidad de manipular los niveles de las hormonas del estrés para potenciar la recuperación de los pacientes tras una intervención quirúrgica o una herida, así como sus respuestas a las vacunas.
En el nuevo estudio, los investigadores pudieron demostrar que tres hormonas liberadas por las glándulas suprarrenales en cantidades y momentos diferentes como reacción al evento que induce el estrés coordinaron la amplia redistribución de las células inmunitarias en todo el cuerpo. Según Dhabhar, estas hormonas son la llamada de atención del cerebro al resto del cuerpo.
“La madre naturaleza nos dio la respuesta al estrés de lucha o huida para protegernos, no para matarnos”, dijo Dhabhar, que lleva más de una década estudiando el impacto de las principales hormonas del estrés en el sistema inmunitario. Dhabhar ganó el verano pasado el premio Curt P. Richter de la Sociedad Internacional de Psiconeuroendocrinología por su trabajo en este campo, que dio lugar a la nueva investigación.

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